Estrategia y Objetivos en la Inversión Inmobiliaria
Antes de pasar a la acción debemos tener clara cual será nuestra estrategia de inversión y definir nuestros objetivos. Todos los consejos y directrices que se van a desarrollar a continuación están basados en nuestra experiencia profesional, pero no por ello pueden ser los más adecuados para según qué tipo de inversor.
OBJETIVOS
Objetivos a corto plazo en inversión inmobiliaria:
Obtener ingresos pasivos inmediatos: En el corto plazo, el objetivo principal puede ser generar ingresos pasivos de manera rápida a través de los alquileres de las propiedades.
Proteger capital contra inflación: Se busca proteger el capital invertido contra la inflación. Al invertir en bienes raíces, se espera que el valor de las propiedades aumente con el tiempo, en línea con la inflación o incluso por encima de ella.
Objetivos a largo plazo en inversión inmobiliaria:
Generar patrimonio: Adquirir propiedades con la intención de que aumenten su valor con el tiempo, lo que resulta en un incremento del patrimonio neto del inversor.
Alcanzar la libertad financiera: La meta aquí es generar suficientes ingresos pasivos, en este caso, a través de los alquileres de las propiedades, para cubrir los gastos habituales y vivir sin depender exclusivamente de un salario mensual.
ESTRATEGIA
Esta estrategia implica adquirir propiedades con la intención de destinarlas al alquiler como primera vivienda, aprovechando los beneficios fiscales asociados que ofrece esta inversión. Además, se busca obtener la máxima financiación posible a través de un crédito hipotecario, con el fin de generar una renta mensual que permita no solo pagar la deuda hipotecaria, sino también obtener ingresos adicionales.
Al comprar inmuebles destinados al alquiler como primera vivienda, se pueden acceder a diversos beneficios fiscales, como deducciones por intereses hipotecarios, gastos de mantenimiento, seguros, entre otros. Estos beneficios pueden reducir la carga tributaria sobre los ingresos generados por el alquiler, lo que incrementa la rentabilidad de la inversión.
Por otro lado, al optar por la máxima financiación posible a través de un crédito hipotecario, se minimiza el desembolso inicial de capital propio requerido para la adquisición de la propiedad. La renta mensual obtenida de los alquileres se utiliza entonces para pagar la cuota mensual del préstamo hipotecario, los gastos asociados con la propiedad y por último, el capital restante es el beneficio neto que constituye ingresos adicionales para el inversor.
En resumen:
Maximizar flujo de efectivo positivo: Ingresos por alquileres superiores a los gastos.
Aprovechar apalancamiento financiero: Utilización de capital prestado para adquirir propiedad.
Beneficiarse de apreciación del valor de la propiedad: El valor de la propiedad aumenta con el tiempo e incrementa el patrimonio neto del inversor.
Utilizar estrategias fiscales eficientes: Consiste en la Reducción de la carga tributaria para optimizar rendimientos.